- hay que lavarla muy muy bien; esto debe ser así porque contiene una sustancia en su superficie llamada saponina. Así que aunque nos parezca engorroso, lavarla.
- verter la quinoa lavada y escurrida en un cazo con agua hirviendo. El agua debe sobrepasar el nivel de la quinoa. Al terminar la cocción, eliminar el agua que sobra.
- La cocción está en su punto cuando los granos se abren y sale como un hilo blanco al exterior. Ese es el momento en el que debemos apagar el fuego.
Y ahora, llega el momento en que podemos crear nuestra receta y añadirle la quinoa recién preparada.
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